miércoles, 6 de enero de 2010

La Presa. Kenzaburo Oé

Esta nouvelle resulta cautivadora. En sus pocas 100 páginas tiene el poder de sumergirnos en el mundo del narrador, un niño que habita una aldea miserable, aislada, olvidada y despreciada por el resto del mundo (representado por el pueblo vecino. Aislados también entonces, de la Guerra del Pacífico, que sólo parecía ser un pasar de aviones por el cielo. El niño vive con su hermano menor y su padre, y la historia da comienzo a principios de verano, cuando cae un avión enemigo y los hombres de la aldea capturan un soldado negro, que es visto por los niños como una suerte de animal exótico maravilloso. Ese verano, el niño narrador se verá enfrentado a la realidad de ese mundo que hasta entonces desconocía. Alternando momentos mágicos con otros de extrema crudeza, la novela, sin ser excesivamente descriptiva exuda no obstante poesía, nos transporta a esa aldea, al calor, a su pobreza, hasta a su suciedad y sus olores. La historia coincide también, quizás, con el despertar sexual del protagonista, por lo que hay una permanente sensualidad y erotismopresentes. A partir de esta experiencia, es claro que volveré a leer obras de Kenzaburo Oé.

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